viernes, 20 de noviembre de 2009

nueve minutos

por didácticalicia

Durante nueve minutos los nueve minutos escriben qué son los nueve minutos. He aquí los resultados.
Tiempo de lectura estimado: nueve minutos

9 minutos para escribir una frase, una historia, un poema. Nosotros te damos las pistas, vos encontrás la solución, la tuya: única e irrepetible. Vos también podés escribir. Son 9 minutos de escritura vertiginosa, 9 minutos de creación literaria.

Invadir, desestructurar. El placer de ver crecer unas ganas. Un lugar donde la gente transita, lee, subraya, resalta, fuma y toma café se podía convertir en el lugar de confluencia de unas escrituras urgentes.
Los géneros breves fueron quienes dieron la pauta para un recorrido que convoque a la ficción desde lo lúdico e inesperado. Refranes, historias brevísimas, limericks se entramaron martes a martes y se prolongaron en un blog en el que se podía detener eso que se nos había escabullido entre un papelito y una birome indecisa.

El arte es largo y la vida corta, demasiado corta para notar que en cada instante se filtran todas esas cosas que, si las pudiéramos observar, también nos resultarían subyugantes.
No se puede escribir el Quijote en 9 minutos. Se necesitan 12 al menos. Pero un protoquijote anida en esos 9. A fuerza de forzarlo se hace Quijote, pero si no entra no entra y la vida es corta y total para qué un Quijote si la vida no da.
Había una vez una materia y la materia exigía (entiéndase bien: EXIGÍA) un taller por cabeza para educación no formal. Y fue que alguien dijo hacer poesía o algo así, que lo que es yo no lo entendí mucho, para la gente que espera el subte. Y entre subte y subte un poema. Un cuento se cuenta en todos lados, en un ascensor por ejemplo. Y en ese lapso una historia se perdió, algo no se dijo. ¿Cuántos Quijotes perdidos entre un subte y otro?
No podemos tolerarlo.
Hay que hacer que la gente se dio cuenta que se olvidó de escribir el Quijote. Pero ¿Quién es la gente? Todos y nadie. Mi gente es mi familia, los hinchas de Boca y los estudiantes del IES. LA primera demasiado acotada, la segunda demasiado difusa. Pero ¿y los estudiantes? ¿Cuántos Quijotes nos perdemos los estudiantes?
No se puede ni se debe escribir un Quijote cada 9 minutos, pero hay que hacer notar que, en una de esas, se pudo. Mostrar eso, lo que podemos y no hacemos. Si está uno vivo, que se note.

Nueve minutos en la espera de un colectivo llegando tarde al trabajo es mucho. Nueve minutos que faltan para salir del trabajo es mucho. Nueve minutos para subir al escenario es mucho. Nueve minutos de un partido de un futbol es poco. Nueve minutos para dormir es poco. Nueve minutos para jugar con tu hijo es poco. Pero nueve minutos para hacer una actividad divertida con consignas interesantes...¡¡Está bien!!
Una frase, una palabra, puede ser el disparador de una historia, de un refrán, de algo que uno quiere expresar. Estos encuentros fueron en el IES, tres martes de 18:51 a 19:00 en los que cualquiera podía escribir. Escribir una frase, un refrán o una mini historia es un acercamiento a la literatura.
Sin límite de creatividad, solo de tiempo: nueve minutos.

Trompetazo.
Nueve minutos es organizar y trabajar y escribir y discutir mucho más que nueve minutos para que dure nueve minutos exactos.
Trompetazo.
Nueve minutos es imaginarse que escribir es para todos.
Trompetazo.
Nueve minutos es sacarle el lugar a los vates.
Trompetazo.

los
El 9 minutos
qué de los 9


9 minutos palabras que emboban

palabrasminutosemboban


¿Qué?

9 palabras que minutos

9 emboban ¡qué minutos!

¡Palabras!
¿palabras?


Palaminuque…boba
entos


9 minutos palabras que emboban


¡Minutos!

¿Qué?

¡Minutos?

¡Bah…

Bha?
Nueve minutos pueden cambiarte la vida. Nueve minutos pueden convertirte en un poeta. Nueve minutos alcanzan para conmoverte, para intrigarte, para asustarte, para hacerte reír. En el curso de Didáctica de Letras te retamos a crear sin más límites que una consigna, una lapicera, un papel y nueve minutos. Nueve. Dejate sorprender por la creatividad de que sos capaz en solo nueve minutos. Animate. Después de todo son solo nueve minutos. Nueve. El culo te llueve.

Si un martes pasan por el hall del IES, a eso de las 18:50 puede ser que se pregunten por qué hay tanto pizarrón, corneta, papelito pegado y un clamor de voces y pensamientos que se arremolinan.
Los ojos avezados y las mentes curiosas verán que solo duran, tales sucesos, apenas 9 minutos. Intuirán otros, acaso más inquisidores, que ese revuelo es para compartir palabras y sumar creatividad; que 9 minutos es una propuesta para romper lúdicamente con cierta rutina.
Pero si de verdad quieren saber de que se trata vengan cualquier martes un poco antes de las 7 con ganas de divertirse con las palabras... por supuesto, las tuyas.

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